La polarización en grupo: Nuestra seña de identidad

Hace unas semanas escribíamos sobre la polarización y el reiki y hoy continuamos con otra de las herramientas que nos identifican, la polarización en grupo.

Cada uno de nosotros tenemos una vibración única y distinta, una energía que nos es propia, relacionada con nuestras pasiones, nuestras aptitudes, nuestro desarrollo personal, nuestra actitud y los temas que tenemos por resolver porque se nos hacen bola.

Cuando hacemos una sesión de polarización energética, todas esas cualidades se ofrecen como en un buffet libre, para que la persona que se tumba en la camilla, con todas sus cualidades, tome lo que necesita y pueda soltar lo que le sobra, a través de nuestras herramientas; por eso cuando acabamos una sesión, nosotros también estamos recargados, porque compartir nos nutre a ambos, pero cuando trabajamos en grupo, esto se potencia por infinito, porque a lo que nosotros tenemos para ofrecer y para resolver se suma lo que tienen todos los demás y la energía que se crea de grupo, ayuda a que bloqueos más importantes se ordenen y se disuelvan de manera más sencilla.

¿En que consiste?

Quien se pone en la camilla, solo necesita tumbarse y los otros polarizadores van conectando con partes de él. Se trata del inconsciente manifestándose y si se puede manifestar se puede ordenar.

Como ya sabemos, el inconsciente es el lenguaje de lo simbólico, por ello cuando estas partes se manifiestan, visibilizan y ordenan en la sesión, los cambios en nuestras vidas se producen de manera sencilla.

Trabajo en las dos direcciones 

Somos resonadores, por lo que cuando estamos trabajando con una persona, la parte de esa persona con la que conectamos también mueve fichas en nosotros. Si esa energía está en orden, descubrimos nuevos matices que nos aportan un aumento de la visión de conjunto y por tanto de nuestra conciencia .

Momentos especiales del año

Todas las semanas hacemos polarización en grupo con los 7 (sesiones de al menos 7 polarizadores con una persona en la camilla). Estas sesiones son muy especiales tanto que generalmente tenemos lista de espera, porque se corren las voces de lo que se suele mover y sus resultados, pero hay dos momentos en el año, que son mágicos para nosotros, el reencuentro de Aluenda, que desde este año será internacional y el encuentro de agosto en Madrid. La energía expansiva del verano ayuda, y también que muchos polarizadores guardan tres días de sus vacaciones para participar y viene gente de diferentes lugares, moviéndose cosas bien distintas. En estos encuentros se viven conexiones muy mágicas, los veteranos se reencuentran y las personas nuevas, que acuden solas por primera vez, se sienten al segundo como en casa. En estos encuentros nos damos cuenta de que la energía nos hace iguales, ya que a ellos acuden personas que solo han hecho un curso básico o llevan un mes viniendo a las meditaciones y otros llevan años como profesionales de la polarización y todos se nutren y suman por igual. Este año van a ser más especiales si cabe, pero no os voy a revelar el secreto, solo contaros que desde hoy abrimos las inscripciones sabiendo que uno de nuestros veranos más mágicos se avecina.

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