Las 5 ventajas del Urban Style

Esta semana estamos con el corazón y el alma en las vacaciones energéticas, el segundo intensivo de nuestro verano. Cercedilla ya se ha convertido en nuestra casa y el maravilloso fin de curso de la novena, nos ha dejado un sabor dulce, del que sacar la fuerza y dar lo mejor de nosotras en esta semana de comienzos, crecimiento e impulso.

Los residenciales tienen su propia magia, pero hoy no hemos venido a hablaros de ellos, sino del que vamos a vivir en Madrid del 21 al 26 de agosto.

Yo no soy muy objetiva hablando del urbano, pues desde que lo recibí por primera vez en el verano de 2007, mi vida cambió para siempre, en aquel momento atravesaba un momento muy difícil, me acababa de divorciar, y el desgaste emocional sumado a una serie de procesos judiciales complicados, me tenía sin energía. Yo era periodista y tenía una pequeña empresa de comunicación, y ese desgaste me impedía estar centrada, por lo que me encontraba, con el corazón roto, la economía totalmente descabalada, y una depresión latente que me había desconectado completamente de la vida. Si en ese momento me hubiesen dicho que en una semana la situación se habría revertido, no me lo hubiese creído, pero antes de acabar el curso, ya había recuperado la fuerza, el valor y la alegría de vivir. Había entendido tantísimas cosas de mi vida, y confirmado muchas de mis intuiciones y experiencias de niña, por fin todo tenía sentido y podía dejar de buscar en lo intelectual, porque había encontrado y además sentía mucha fuerza interna y sabía que ese camino era el mío y que las herramientas que había encontrado en esos días me podían llevar tan lejos como yo quisiera. Diez años después no soy la misma persona que aparecí casi invisible por el urbano, y por eso no dejaré nunca de recomendarlo.

En estos diez años, contemplando los procesos de otros, he podido llegar a muchas conclusiones, y creo que cada forma de hacer los cursos tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Los residenciales tienen muy buena prensa, por estar en contacto con la naturaleza, disponer de más tiempo y tener esa sensación de aislamiento y recogimiento interior, pero para mí el intensivo Urbano, tiene muchas ventajas que a veces no son tan evidentes.

Nos ayuda a centrarnos: Estamos en Madrid, en nuestro centro de Gran vía sin otros estímulos que la información y disponiendo de 5 horas cada día para avanzar, lo que hace que nos dispersemos muchísimo menos.

Se incorporan las herramientas en nuestra vida cotidiana: El día tiene 24 horas y el curso solo ocupa 5 por la mañana, lo que nos da la oportunidad, de poder comprobar como nos sentimos a lo largo del resto del día con lo que se nos ha ido moviendo, y ver como lo que ocurre fuera nos da la oportunidad de mover lo que esta ocurriendo en el curso.  

Las dudas se despejan: Muchas veces mientras estamos en los residenciales, todo parece tener un sentido, pero cuando llegamos a casa y aterrizamos surgen muchas dudas de como manejar lo cotidiano, en el urbano como regresamos a casa, todas esas dudas van surgiendo y al día siguiente en el curso las podemos resolver.

Está comprimido: Solo es por las mañanas lo que nos da la oportunidad de hacer otras cosas por la tarde, ir a la piscina, ver amigos, conciliarlo con la vida familiar etc., pero el programa es el mismo que en las residenciales por lo que la información va muy al grano.

Te vas aterrizado: Al salir al centro de la ciudad cuando acabamos el curso, no tenemos la sensación de aislamiento y nos acostumbramos a vivir la meditación y la polarización energética como parte del día a día, pudiendo practicar el estar enraizado en el transporte público y en lugares con mucha gente lo que nos aporta la seguridad y la fuerza de que es posible más allá de lo teórico.

 

 

 

 

 

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