Os pregunté si queríais un post hablando del tema y hemos recibido muchos mensajes pidiéndonos que lo hagamos y aquí lo tenéis.
Noviembre, no siempre fue el mes 11 del año; en la antigüedad, era el noveno mes. Por numerología, los años nueve son los que cierran el ciclo, los que pasan revista de todo lo pendiente, en ese ciclo y lo sacan de debajo de la alfombra, por lo que muchas cosas, que parecían cerradas, pero lo estaban en falso se abren, muchos temas, que teníamos que resolver, pero hemos dejado para más tarde aparecen ahora, pidiendo su sitio. Todo esto en muchas ocasiones, no es agradable, pues si algo lo hemos pospuesto, es básicamente por miedo a enfrentarlo, no sentirnos con fuerza o no vernos capaces y ahí viene noviembre, a mostrarme lo que como su propio nombre indica, en su día no vi.
Astrológicamente, está muy vinculado con Escorpio, el signo del inframundo, relacionado con la muerte y con la regeneración como ninguno, aunque también con la magia. Una alumna, que sabía mucho de astrología, todos los años medio en broma, medio en serio solía decir, que los que estaban muy enfermos y sobrevivían a Escorpio, salían adelante y lo mismo ocurre con todo lo demás, emociones, relaciones, proyectos, y partes nuestras que deben morir, para que otras puedan aflorar, un proceso de regeneración necesario, pero que suele venir acompañado de cansancio o melancolía, ya que Escorpio, no se queda en la superficie y nos va a invitar a bajar, hasta dónde a veces nos resistimos a llegar.
Porque este año lo hemos sentido más cañero, nuestra hipótesis lo relaciona, con las tormentas solares, ya que este mes la actividad ha sido muy intensa, hay muchos estudios sobre cómo afectan a la Tierra y a los seres humanos esta actividad, aunque yo personalmente, prefiero mantenerme un poco escéptica hasta que se profundice en las investigaciones; muchos dicen que las personas más sensibles, pueden sentir molestias físicas, desde dolores de cabeza hasta crisis nerviosas, irritabilidad, agotamiento o ansiedad, que son síntomas de los que muchos nos habéis hablado. Nuestra lectura de estas llamaradas solares es positiva, pues en okuni nunca le damos el poder a lo de fuera, y todo nos nuestra como nosotros estamos, somos energía y toda esa energía extra que el sol nos regala podemos emplearla para nuestro crecimiento, y si vemos todos estos momentos convulsos, como una oportunidad hacer cambios, que tal vez nuestra alma nos estaba pidiendo.
Es importante escuchar al cuerpo y no forzarle, si nos pide descansar o desconectar un poco, darnos ese espacio, pero no quedarnos en él y seguir adelante con toda esa regeneración, para que el nuevo ciclo llegue sin nada pendiente.
Mañana en okuni tenemos la jornada de puertas abiertas y además es la última del año, ya sabéis que podéis contar con nosotros para soltar lo que quede, recargarnos o recolocarnos en este momento, esperamos a mucha gente, así que no te olvides de reservar tu plaza.